jueves, 19 de mayo de 2011

Invitación para los ex alumnos de Urruchúa

Aquí se termina el relato y comienza la historia de la simiente del maestro Demetrio Urruchúa, a quienes invito a exponer sus trabajos en homenaje a nuestro bienamado maestro. Estos son mis cuadros: 



Una niñez difícil

Como es lógico pensar, no se puede desvincular al hombre del artista, por esta razón
voy a contar algunas  vivencias del maestro Urruchúa,  las que él nos contaba a modo
de anécdota cuando la ocasión era propicia.

Lo cierto es que de niño creció sin guía alguna, sin que nadie le hiciese escuchar una
palabra orientadora y amiga.
Había asistido a una escuela religiosa y esa educación severa lo marcó con extrañas
ideas que se grabaron en su espíritu.Es importante destacarlo pues en ese momento
creía ciegamente en todo lo que le decían.   Le habían inculcado un terror pánico a la
ira y al castigo de Dios, así como una idea siniestra del más allá y la muerte.
En ese tiempo lo asediaba la incertidumbre del infierno, el pecado, las almas del pur-
gatorio y la figura del diablo. Todo esto lo obsesionaba en tal manera que no compar -
tía los juegos y correrías con niños de su edad.   Podría decirse que era un niño triste,
perseguido por la idea del pecado.
La influencia recibida entonces había sido tan profunda que,    quince años más tarde
cuando dibujaba a pluma, imitando el grabado, la temática elegida era religiosa, don-
de el espíritu místico aparecía como una fatalidad justiciera.    Nada de ese entonces
mantenía relación relación alguna con el mundo físico en que vivía.
- "En aquel tiempo sufrí mucho, más de lo que se pueda suponer,  ya que se sufre en
una gran desproporción cuando el ser está solo y no puede compartir sus inquietudes
con alguien" - Nos decía.
Quizá los niños siempre buscan liberarse de alguna sensación o de algún hecho, pue-
de que exista algo que ignoran y los obligan a tener actitudes extrañas o pensamien-
tos confusos y oscuros.   Cuando la niñez por cualquier razón se acorta o se pierde a
una edad muy temprana comienzan a surgir innumerables preguntas que no siempre
tienen respuestas, el caso es que comienza a germinar un sueño al parecer inocente
que termina con la necesidad de ser libre.
-"La libertad no es una creación del hombre - nos decía - es una necesidad inherente
al espíritu humano" -
Un niño  puede tener muchas  sensaciones  encontradas cuando está comenzando a
vivir, pero la adolescencia va forjando la idea de tener la necesidad de algo diferente
y de ahí surge la rebeldía, la inconformidad, la ansiedad de que eso sea posible.
Urruchúa no podía aceptar seguir viviendo en su casa natal, que lo obligaba, aún sien-
do un hombre a pensar y actuar obligatoriamente como Un Niño sometido a la voluntad
tiránica de su padre.

Los padres y la familia

El padre de Urruchúa era un hombre callado,nunca tenía una un gesto de ternura o u-
na sonrisa cariñosa para sus hijos varones, ellos tenían la obligación de buscarlo to-
das las mañanas para darle los buenos días y pedir su bencidión.Podría afirmarse
que era un hombre que había nacido especialmente dotado para mandar y para con-
trolar que en la casa no ocurriera nada fuera de lo que él consideraba como normal, o
necesario.  Rara vez reía  en la mesa o con las visitas.   Sin embargo este ser  era un
hombre extraordinario en su conducta para con las personas en general.respetado por
todos al extremo que su palabra era suficiente para cerrar cualquier trato.   No firmaba
recibos ni contratos. Honrado y honesto a carta cabal, muy recto y justo.
Parecía el dueño absoluto de animales y hombres. Cualquier niño aceptaría a un padre
así sin juzgarlo, pero se sentiría cercado por el miedo, y correría a esconderse en cual-
quier rincón cuando su furia se desataba descargándose en el más débil.
La madre, por el contrario fue una mujer muy dulce, noble y espiritual, tenía cierta cultura
pues sabía muchas cosas y a su manera hablaba sobre cualquier problema.Esta mujer
era sensitiva y tenía el don de presentir todo lo que podía suceder.
Fue ella la que determinó que su hijo Demetrio, después de una penosa operación en la
 pierna derecha debía regresar a la ciudad pues podría dedicarse a trabajos menos forza-
dos y obtendría una mejor educación.
Cabe destacar que el maestro Urruchúa no era único hijo, tenía nueve hermanos de ambos
sexos.

El boyerito

Cierto día el hermano mayor fue por Urruchúa  para llevarlo a trabajar en todo lo concer-
niente en el campo, pero no precisamente en una chacra. Si bien el padre nunca fue
partidario de semejante idea, accedió.
Un señor llamado Labrue lo trataba cordialmente, podría decirse que su trato era pre-
ferencial ya que comía en su mesa y dormía en su habitación, mientras que los otros
peones vivían y dormían en los galpones.
En un principio su única obligación era recoger frutillas de la quinta y por la tarde pre-
parar y distribuir el mate cocido a los peones.
Al tiempo lo designaron boyero en una tropa de carros.
Una vez, a la hora del crepúsculo cargado de misterios acampaban en un campo de-
sértico. Tirados debajo del carro dormían los carreros, el vasco de cara al cielo estre-
llado, cubierto co su poncho escuchaba el grito o el gorjeo de las aves. Su mente di-
vagaba pensando en la pintura y en cuadros pintados por él.: Furiosas tormentas, ca-
rros cargados hundiéndose en suelos pantanosos.
Su modo de ser en ese entonces era por demás reservado, muy silencioso, respon-
sable y serio Nadie hubiera podido descubrir cómo se liberaba su alma al contemplar
los ocasos tormentosos, el viento huracanado, las lluvias torrenciales.
- "Nunca supe si mi entorno fue formando en mí un temperamento dramático o por el
contrario había nacidocon él"- Nos decía al recordar esa época
Lo cierto es que huía de todo lo billucioso, alegre y festivo, sólo se sentía atraído por
lo oscuro, doloroso o temible. Le gustaba y disfrutaba de la soledad y la quietud por-
que eso fustigaba su imaginación.

Los intolerantes

Cuando por fin pudo llegar a la Capital, nada resultó ser espectacular ni rimbombante.
Urruchúa se vio obligado a cursar el segundo grado en una escuela religiosa, a la vez
que hacía el aprendizaje de   ornamentación decoraiva  para muebles   y pantallas de
pergamino en el taller de su cuñado. Tras largos años de aprendizaje con el dibujan-
te y pintor español Benito García Beatove terminó siendo un buen laquista de biombos
chinos.  Al no tener la primaria completa se inscribió en la Asociación Estímulo de Be-
llas Artes teniendo como profesor de dibujo al pintor Eugenio Daneri. Allí se aprende
aún en la actualidad a dibujar con modelo vivo y al desnudo. Fue en ese lugar donde
conoció a los que fueran amigos inseparables por muchas décadas: Pompeyo Audi-
vert, Planas Casas, y Manuel Colmeiro entre otros.  Después de un tiempo decidieron
abandonar aquel lugar de enseñanza para fundar un taller y trabajar solos.
Alquilaron varios lugares céntricos que no se destacaban en mucho, todos ellos eran
 galpones, bohardillas o piezas de conventillos similares a la de Carlos Calvo en dón-
de lo conocí. De lunes a viernes nunca faltaba un modelo desnudo sobre la tarima y si
faltaban recursos les tocaba a ellos por riguroso turno oficiarla de modelo.La consig-
na reinante en todos ellos era siempre la misma: Trabajar en silencio y sin descanso
teniendo una disciplina férrea e inquebrantable. Los sábados era para polemizar en
algún bar, pasear o ir a ver obras de teatro. En cualquiera de los casos se acostaban
a altas horas de la noche y el domingo a descansar!
Como era natural en los tiempos juveniles eran todos afiebrados e intolerantes, ya que
en ese  entonces  estaban  transitando por esa edad en la que todo se siente y se ve
con los ojos de la intolerancia.   Todo joven se siente seguro de sí mismo,  atrevido y
también soberano en el juicio, con capacidad para polemizar sobre cualquier tema.
Urruchúa se confesó violento, el calor de su palabra era siempre intransigente y des-
tructiva. Lo cierto es que para él podría decirse era producto de no tener una orienta-

Los extras en la ópera

Los intolerantes conocieron a todo cuanto artista cantante de fama mundial desfilaba
por el Teatro Colón y lograron afinar sus oídos en tal manera que advertían todo cuan-
to hacían o les ocurria con la voz. Les interesaba todo de la ópera,desde la puesta de
escena, la actuación de los coros, las voces, el trabajo de los cantantes y la dirección.
En ese tiempo se usaban focos laterales violetas, amarillos, verdes y blancos que no
podían soportar. Aún así lograron una participación como extras:  Colmeiro y Urruchúa
hicieron de dragones en Carmen infundiéndole tal realismo a la interpretación que se
las vieron en figurillas para detener a la cigarreras, y al ayudante de dirección que se
mezclaba entre ellos se le hacia difícil dominar los impulsos interpretativos de estos jó-
venes efusivos. Y así es que siempre ocurría toda clases de altercados del telón para
adentro.
Hasta que llegó por fin el turno a la ópera alemana y debutaron con Parsifal:
-"El barítono alemán que hacía el papel de Anfortas - nos contaba el maestro - tenía u-
na voz espectacular pero era una mole gigantesca que pesaba nada menos que 130
kilos. Nosotros debíamos transportarlo acostado en una portatina, eramos seis mucha-
chos que debíamos cruzar el escenario a paso muy lento hasta dejarlo en el fondo del
templo. cada cual ocupaba su puesto y esperabamos la orden de marchar con mucha
expectativa, la cual se oyó una vez que se hubo ubicado la mole dentro. Yo pasaba
frente al público por lo que me tocaba sostenerlo con la mano izquierda y cada vez me
resultaba más difícil sostenerlo. Así fue como en un momento dado sentí que ese enor-
me peso caía sobre mí, entonces frente a la boca del apuntador caí de rodillas y Anfor-
tas rodó por el piso cuan largo y gordo era.En la sala hubo murmullos, a decir verdad
no sé cómo se acomodó nuevamente pues yo estaba ocupado en levantarme y tratar
de levantar nuevamente la portatina. Logramos por fin dejarlo en el sitio convenido.
Cuando cayó el telón  el Anfortas este se me vino al humo y me gritó quién sabe cuán-
tas cosas horribles, a las que yo contesté con frases no menos delicadas. Como nin-
guno de los dos entendía al otro, la cosa no pasó a mayores".-
Éstas son algunas de las anécdotas que recuerdo. Y viene a probar que además de
intolerantes Urruchúa y sus amigos eran bastante revoltosos y traviesos.

El taller del arte mural

En 1945, con Berni, Castagnino, Colmeiro y Spilimbergo fundó el taller del arte mural.
Pensaban que ese comienzo propiciaría un interés general por los arquitectos,siemprepolemizaban y discutían muchas cosas. Creían que las perspectivas se presentaban brillantes. Se suponía que estaban alcanzando sus propósitos pues les habían propuesto pintar la Galería Pacífico y tenían apalabrada la  Facultad de Derecho y la Estación Retiro.
Para todos los  componentes del  taller de arte mural era una  enorme experiencia el planteo de la  estructura compositiva de la galería.   Urruchúa había ofrecido su taller para las reuniones, donde habían colgado la "maquette" hecha de yeso, sobre la que hacían los trazados geométricos más importantes. Spilimbergo era el más enconado propulsor de la geometrización de la cápsula y luchaba desesperadamente para encontrar una gran línea armonica, ondulante,   que uniese los  cuatro paneles pasando por los ángulos en ajustado ritmo. Pensaban con marcada obsesión en la unidad temática conceptual y compositiva. Cuidando la unidad en perfecta armonía.
Se iniciaron los bocetos previos en coloración, los que comentaban y aprobaban como si estuvieran obedeciendo a un comando superior. Spilimbergo y Castagnino eran empedernidos creyentes del orden. Berni, Clmeiro y Urruchúa sin contradecir lo que escuchaban aceptaban de buena gana los planteos de Spilimbergo por estar encauzados en la lógica visual del ritmo. y embellecía lo que pretendían fuera un ejemplo de orden y belleza pictórica. En sí, todo se discutía largo y tendido al fin de encontrar la verdad de lo que cada uno presentía.
- "Nunca olvidaré - nos comentaba el maestro - el placer y la alegría que me produjo intervenir en ese proyecto, así como la compañía de los cuatro amigos, que aunque no siempre coincidiéramos en las apreciaciones sobre arte, manteníamos un profundo respeto que jamás fue desvirtuado a través de los años. Cuánto bien habríamos hecho al país si el Estado se hubiera preocupado en desarrollar, ayudar, promover la
pintura mural con la seriedad y el critero empeñados en esa ocasión por quienes estaban facultados para colocar a la Argentina en un plano como no será tan fácil alcanzar en su historia. Pero el Estado siempre se encuentra ausente de todo lo que más tarde se explota y da brillo al país. Fue así como la Galería Pacífico pudo ser la iniciación de un movimiento muralista de enormes proporciones, pero que no cuajó por falta de visión y capacidad para presentirlo por parte de las autoridades que,  de al gún modo, tienen en sus manos el desarrollo cultural de la República."-

El pintor de la muerte.

En cierta ocasión alguien dijo que Urruchúa era el pintor de la muerte, el maestro nunca nos dijo que no tuviera razón aunque la apreciación para él era bastante amarga.
Quizá se habían referido a los cuadros temáticos que hablan de la guerra, En verdad nunca lo supo a ciencia cierta. Pero sí hay que tener en cuenta que el tiempo que le tocó vivir era socialmente turbulento. La guerra del catorce no fue algo muy significativo para él dado que era poco más que un niño, no obstante como fue tan larga contaba con diez y siete años cuando se produjeron acontecimientos que se discutían con más ardor aún. La revolución rusa fue el acontecimiento que puso punto final a lo que podríamos sindicar como la primer etapa de su vida.
Por la elección de sus temas, también se lo consideró un hombre de izquierda  enrolado en una pintura comprometida. Ignoro por qué se lo ubicó especialmente al Vasco cuando los más destacados pintores argentinos estaban ubicados en el mismo lugar.  Urruchúa reaccionaba frente a los hechos y la gente, nunca tuvo una filiación política pues aborrecía el engranaje político.
Además con el correr del tiempo estalló la guerra civil española que provocó un desbande en las corrientes pictóricas del momento.Diríase que existía una fuerza interior y desconocida que no permitía la ausencia del arte en la contienda, reclamando el derecho de los artistas a estar activos, militante y encendido en el tiempo en que vivía.
Gente joven incursionaba en atrevidas concepciones pictóricas de marcado carácter social, que se desarrollaba en un clima de valentía, entusiasmo y adhesión incondicional..
En cualquier momento de su historia Urruchúa trató de ser fiel a la vida, al arte y a sí mismo.

De la guerra civil española -monocopias -

La guerra civil había logrado dividir en dos bandos a la intelectualidad del país. Unos se pronunciaban en contra y otros entusiastamente por ella, aún desafiando a las autoridades que tenían sus posiciones tomadas contra el legítimo gobierno surgido en las elecciones impecables, persiguiendo y obstaculizando todo acto que se pudiera hacer en su favor. Es cierto que en aquellos días todo era confusión, pero había una serie de artistas, entre los cuales estaba Urruchúa, que con la mente clara tenían tomada una idéntica posición  coincidiendo en la apreciación de los hechos políticos.
La guerra civil estaba conmoviendo hasta los cimientos de los partidos políticos.  Al tiempo, cuando Urruchúa sintió que tenía entre manos el convencimiento y la seguridad de lo que hacía, comenzó con las estampas de la guerra civil.
Sintió que debía pintar simbolizando la lucha y los motivos que la originaron en estampas sucesivas y así lo hizo.  Utilizó el recurso del grabado y la monocopia.
 El grabado es el resultado del trabajo realizado sobre una superficie de madera o metal, llamada plancha, por medio de instrumentos cortantes, punzantes o de ácidos que atacan la superficie metálica. El resultado es la estampa, soporte generalmente de papel al que se ha trasladado la imagen por medio de la tinta, al poner en contacto la hoja con la plancha grabada entintada y ejercer presión manual o con una prensa  Urruchúa utilizaba a esta última para realizarsus obras, y como ya he mencionado, estaba en medio de lo que en el cubo de zinc era la antigua cocina. La monocopia en cambio  es una variedad de impresión única; sólo sale una buena reproducción de cada lámina. El artista dibuja sobre cualquier superficie lisa, utilizando óleo, acuarela o tinta. Por lo general se emplea el vidrio, pero también es válida una lámina de cobre pulido o la porcelana. Se puede crear la imagen pintándola sencillamente sobre la superficie de la lámina o mediante un proceso de inversión, consiste en cubrir la plancha con una fina capa de pigmentos e irlos eliminando con los dedos o con un pincel hasta formar la imagen.A continuación se aplica el papel sobre la lámina y la imagen quedará transferida, bien frotando el dorso del papel o utilizando la prensa.

Monocopias




La pintura como arma

-"Soy un borrascoso y como tal me reconozco"- Afirmó un sábado.

Quizá por haber comprendido desde muy niño que la vida humana está compuesta por montañas de crueldad que llevan títulos pomposos URRUCHUA utilizó la pintura como arma, para luchar contra la injusticia, contra todas las dictaduras y contra el horror de la guerra. Amó la vida e hizo un culto de la libertad y la democracia. Se refleja así su pensamiento en los temas: La Guerra Civil Española; el Gheto de Varsovia; Argelia Mártir;
La Divina Comedia, el Infierno del Dante, el Juicio de Burgos.
Su píntura al óleo es rica en perfiles y retratos que no siguen un tema, salvo algunos que también se agrupan en el tema "De la Guerra".
Los dibujos  a carboncillos sobre papel ciertas veces son vistos más como bocetos que como una obra terminada. El pintor utiliza este elemento para dibujar y colorear sus dibujos en blanco negro y grises, que se presentan como matices de los colores que se han de utilizar en una tela.

"El dibujo es línea, la pintura es color - nos decía Urruchúa - No se pueden confundir.El dibujo se puede realizar al lápiz, a la pluma, o a la carbonilla, se puede colorear, pero siempre se nota la línea como trazo conductor. El pintor utiliza el dibujo como excusa, para estructurar los colores de los objetos y los planos de color.En ambos casos se plantea el desafío de la composición, pero el tratamiento de los elementos es lo que lo hace distintivos.
El dibujante utiliza el color del papel para exaltar la línea y tiene la maestría de engrosarla y afinarla para dar una sensación de claroscuro, el pintor en cambio utiliza el color del papel como tono local de los objetos sobre el cual ha de basarse para entonar los grises y oscuros como tonos equivalentes que darán con la compleja resolución del claroscuro a todo color. Pero convengamos que el dibujo es la estructura fundamental de una obra, la intención artística de la línea y el tipo de medio usado se combinan para dar al dibujo carácter,fuerza y autoridad. En un buen dibujo las líneas deben ser fluidas, rápidas y sueltas. La cui-
dadosa construcción tonal es el resultado de cientos de líneas esbozadas suavemente, acariciando despacio la superficie del papel. Nos valemos del dibujo para representar objetos reales o ideas que, a veces, no podemos expresar fielmente con palabras. Los primeros dibujos conocidos se remontan a la prehistoria, como los que se encuentran en la Cueva de Altamira, donde nuestros antepasados representaron en los techos y paredes de las grutas lo que consideraban importante transmitir o expresar. Es la época del dibujo y la pintura mágica.En contraste, la pintura tradicional es generalmente la ejecución del dibujo mediante la inserción de pigmentos.En síntesis para el dibujo es fundamental la línea y el contenido como expresión, mientras que en la pintura lo fundamental es la forma, el color y el contenido  Solo el Amor puede hacer una obra de arte" -