Como es lógico pensar, no se puede desvincular al hombre del artista, por esta razón
voy a contar algunas vivencias del maestro Urruchúa, las que él nos contaba a modo
de anécdota cuando la ocasión era propicia.
Lo cierto es que de niño creció sin guía alguna, sin que nadie le hiciese escuchar una
palabra orientadora y amiga.
Había asistido a una escuela religiosa y esa educación severa lo marcó con extrañas
ideas que se grabaron en su espíritu.Es importante destacarlo pues en ese momento
creía ciegamente en todo lo que le decían. Le habían inculcado un terror pánico a la
ira y al castigo de Dios, así como una idea siniestra del más allá y la muerte.
En ese tiempo lo asediaba la incertidumbre del infierno, el pecado, las almas del pur-
gatorio y la figura del diablo. Todo esto lo obsesionaba en tal manera que no compar -
tía los juegos y correrías con niños de su edad. Podría decirse que era un niño triste,
perseguido por la idea del pecado.
La influencia recibida entonces había sido tan profunda que, quince años más tarde
cuando dibujaba a pluma, imitando el grabado, la temática elegida era religiosa, don-
de el espíritu místico aparecía como una fatalidad justiciera. Nada de ese entonces
mantenía relación relación alguna con el mundo físico en que vivía.
- "En aquel tiempo sufrí mucho, más de lo que se pueda suponer, ya que se sufre en
una gran desproporción cuando el ser está solo y no puede compartir sus inquietudes
con alguien" - Nos decía.
Quizá los niños siempre buscan liberarse de alguna sensación o de algún hecho, pue-
de que exista algo que ignoran y los obligan a tener actitudes extrañas o pensamien-
tos confusos y oscuros. Cuando la niñez por cualquier razón se acorta o se pierde a
una edad muy temprana comienzan a surgir innumerables preguntas que no siempre
tienen respuestas, el caso es que comienza a germinar un sueño al parecer inocente
que termina con la necesidad de ser libre.
-"La libertad no es una creación del hombre - nos decía - es una necesidad inherente
al espíritu humano" -
Un niño puede tener muchas sensaciones encontradas cuando está comenzando a
vivir, pero la adolescencia va forjando la idea de tener la necesidad de algo diferente
y de ahí surge la rebeldía, la inconformidad, la ansiedad de que eso sea posible.
Urruchúa no podía aceptar seguir viviendo en su casa natal, que lo obligaba, aún sien-
do un hombre a pensar y actuar obligatoriamente como Un Niño sometido a la voluntad
tiránica de su padre.
"La libertad no es una creación del hombre, es una necesidad inherente
ResponderEliminaral espíritu humano"
Me gusta esta frase...
Espero que ahora si quede publicado mi comentario!!!! me encantó muchisimo tu escrito, tiene mucho sentimiento!!!!
ResponderEliminarbesosssssss
Bianca