Locales y equivalentes...
Esa semana pinté tantos cartones con cuadraditos que terminé
con los ojos cruzados, y el sábado me fui temprano al taller.
Era un día de sol esplendente con alguna nube que no lograba
nublar el cielo.
La clase comenzó como siempre alrededor de las catorce horas,
cuando llegué, el maestro ya estaba en su taller charlando con
Romano en la cocina, Sí en la cocina, pues alguna vez aquel cu-
bo de zinc fue la casa en donde vivía Urruchúa con su familia.
El taller constaba de dos ambientes,en el primero estaban todas
las sillas organizadas como para una función de teatro y con tres
hileras de sillas, que dividía los espacios dejando libre un peque-
ño pasillo que daba a esa hacitación que alguna vez debe de ha-
ber funcionado como cocina y dormitorio. Allí Urruchúa tenía una
gran prensa con la cual realizaba sus monografías y grabados.Al
menos eso era lo que se veía además de una mesada completa
Me ubiqué en mi lugar, detrás del maestro y esperé a que co-
menzara la clase. Al rato se encendió la luz y Urruchúa se acercó
para ocupar su sillón.Se sacó el saco y lo colgó del respaldo,guar-
dó el estuche con los lentes y me dijo muy serio:
-Señorita, la nombro guardiana de los tesoros del Rey, o sea yo -
y así, sin más se sentó y comenzaron a pasar los alumnos como
siempre, llamados por Romanito.
Fue en esas tantas rondas cuando caí en cuenta que Urruchúa ca-
da vez que iba a decir algo premonitorio, o "veía" algo relacionado
con el presente de sus a lumnos pedía permiso para hablar del te -
ma en cuestión y afirmaba que Manuela, su lechuza embalsama -
da era quien le soplaba en el oído todo lo que iba a decir:
- Y Manuela es muy sabia - sentenciaba - nunca se equivoca - Y
así era no más.
Otra vez como la anterior los nuevos pasamos después del recreo
La señora Langlais había presentado dos bellas naturalezas muer -
tas y un paisaje jujeño con dos collas sentados rodeados de varios
cacharros.
-Esté contenta como está, señora,y le repito esto anda muy bien es
muy plástico, usted es una pintora innata y no hay mucho para co -
rregir, ¿Me pregunta algo? -
- No, maestro, gracias -
- ¿De quién son esos cartones? -
- Míos maestro - dijo el señor Díaz Gómez
- Estos están mucho mejores que los anteriores, ahora para el primer
sábado de marzo, porque en enero y febrero se cierra el boliche, va a
realizar unos cartones con locales y equivalentes. Romano, por favor -
Romanito le alcanzó varios cartones que desparramó frente al doctor.
- El trabajo es simple, primero dibuja una naturaleza muerta y la pin -
ta como están acá -
Las muestras estaban pintadas manteniendo el color de los objetos
pero cada elemento estaba rayado en forma vertical y pintado en de -
gradée.
El maestro señaló el color pleno - Tono local es el del objeto, los de -
más son los equivalentes que va del oscuro al claro para dar la sensa-
ción de volumen.Esta tarea es para que aprendan el ABC del claroscu -
ro. Se la doy porque usted había abusado un poco del rojo y del naran -
ja en los cartones anteriores, ¿Me entendió?
- ¿Cuántas rayas hay que poner en cada elemento, maestro? -
- Las que sean necesarias, cada rayita debe tener un centímetro no
más, así pueden ser varias y está obligado a cocinar el color, esto es
preparar cada color equivalente en la paleta y tratar que se note bien có-
mo va aclarándolo. Aquí es tono local verde, de la botella, y le siguen,
primero,segundo,tercero,cuarto y quinto equivalente.¿Me pregunta algo? -
-No maestro, entendí, gracias -
-Y usted, señorita cómo cree que anda - Me preguntó
- Intenté hacer lo que me pidió del mejor modo - Le contesté.
- Así es, ¿ve que cuando hace lo que le digo no hay error? -
- Sí, maestro -
- Usted pasa a la naturaleza muerta sin preámbulos. -
Le dediqué una gran sonrisa estaba feliz de zafar de los locales y equi-
valentes, me parecieron re aburridos.
- La otra señora seguramente no tiene cara para presentarse, le dije co-
sas muy duras pero todas verdades. Ella se pensó que yo era un viejo
loco y le demostré que a mi nadie me engaña.Lo peor que pueden hacer
es desafiarme, Manuela agudiza la visión de tal modo que no hay forma
que me equivoque, al contrario, cuanto más me desafían peor les va, ya
lo han comprobado. ¿Me preguntan algo? ¿No? ¡Qué San Eustaquio los
proteja a todos! -
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